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¿ES EL MANTENIMIENTO PREDICTIVO ALGO ÚTIL Y PRÁCTICO?

¿Es el mantenimiento predictivo una elucubración mental, el capricho de un técnico que deseoso de jugar con una herramienta de alta tecnología o realmente tiene alguna aplicación práctica en un entorno industrial real? 

Por Santiago García Garrido

www.santiagogarciagarrido.com

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Probablemente, quien se hace la pregunta de esa forma está pensando únicamente en el análisis de vibraciones. El precio de los equipos, la baja preparación de muchos técnicos, las dificultades de formación y lo complicado que resulta el análisis de los resultados a la hora de tomar decisiones basadas en éstos, han creado una mala fama a dicha técnica, que ha lastrado la imagen del mantenimiento predictivo.

Y no es que el análisis de vibraciones no sea una técnica soberbia sobre el papel. Simplemente, es que es complicada. Son tantas variables las que hay que tener en cuenta que hay que ser un gran experto para sacar conclusiones válidas, conclusiones fiables, que por ejemplo nos hagan tomar la decisión de abrir una máquina cara y cambiar sus rodamientos, o alinear, o rectificar un eje.

 ¿Pero el mantenimiento predictivo es únicamente análisis de vibraciones? Por supuesto que no. No es lo mismo cuestionarse el análisis de vibraciones como técnica fiable que el mantenimiento predictivo en general.

Hay que recordar que el alma del mantenimiento predictivo es, precisamente, la predicción. Se basa en tratar de predecir el estado de una máquina relacionándolo con una variable física de fácil medición. Por tanto, parece que el mantenimiento predictivo no es sólo el análisis de vibraciones. ¿Y qué variables físicas podemos relacionar con el desgaste? Muchas: la temperatura, la presión, la composición fisicoquímica de un aceite de lubricación… Hasta el aspecto físico de una máquina puede relacionarse con su estado.

Así, tomar lectura de la presión de descarga de una bomba, y ver su evolución en el tiempo nos puede dar una idea del estado de ésta (posibles obstrucciones en la admisión, estado del rodete). Tomar la temperatura de los rodamientos de un motor diariamente es también mantenimiento predictivo, por ejemplo.

Pueden establecerse en dos categorías relacionadas con las tareas de mantenimiento predictivo: las técnicas sencillas, de fácil realización, y las técnicas que requieren de ciertos conocimientos y equipos sofisticados. Dentro de las primeras estarían las inspecciones visuales de los equipos, las tomas de datos con instrumentación instalada de forma permanente (termómetros, manómetros, caudalímetros, medidas de desplazamiento o vibración, etc.). Dentro de técnicas complejas destacan cinco: las boroscopias, los análisis de vibraciones, las termografías, los análisis de aceite y el análisis por ultrasonido. Estas requieren de conocimientos profundos y de equipos sofisticados que además es necesario mantener actualizados, y de los que las empresas cliente no suelen disponer.

Las boroscopias requieren del manejo de un equipo óptico sencillo, pero una formación profunda acerca de lo que se desea observar. Parece obvio que introducir una pequeña cámara o lente en el interior de un gran motor de combustión para observar el estado de las camisas es más útil que abrir el motor. Si hablamos de turbinas de gas o de vapor, todavía es mucho más obvio. Al margen de que se disponga o no del equipo óptico, la formación necesaria sobre la máquina que se está observando, y cómo se identifica un fallo o un comportamiento anormal en una superficie del interior de una máquina es generalmente muy alta.

Sobre los análisis de aceites, necesitan de un laboratorio bien equipado, y de químicos que interpreten sus resultados. Es un servicio que generalmente se pone en manos de un laboratorio externo, aunque hay que tener en cuenta que el suministrador del aceite suele prestar de forma gratuita este servicio.

Sobre el análisis de vibraciones, los equipos son caros y requieren de una formación realmente profunda. Aún así, la interpretación de los resultados no resulta sencilla, y tomar la decisión de programar una intervención cara o una sustitución de un elemento basándose únicamente en la interpretación de los gráficos resultantes no suele ser sencillo.

Sobre termografías y mediciones termométricas, los equipos han bajado mucho de precio. La formación es mucho más sencilla, ya que los defectos y fallas se ponen de manifiesto de una manera muy visual. Por tanto, es una técnica que rara vez se externaliza, por el precio bajo de los equipos y la facilidad para recibir la formación necesaria, a no ser que el servicio esté incluido dentro de un contrato de mantenimiento mucho más amplio.

La medición de espesores en equipos estáticos por ultrasonidos o por corrientes de Edison es otra técnica de aplicación en plantas industriales que lo requieran y que habitualmente se pone en manos de un contratista especializado, por las razones ya descritas (precio de los equipos y formación especializada de los técnicos).

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